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Trastornos Hepáticos durante el Embarazo
Colestasis intrahepática del embarazo (ICP)

¿Qué es la colestasis intrahepática del embarazo?
La colestasis intrahepática del embarazo o ICP (siglas en inglés) es un trastorno hepático relacionado con el embarazo en el que se presentan anomalías en el flujo de bilis (la sustancia producida por el hígado que facilita el proceso de digestión y absorción de grasas). Estas anomalías conducen a una acumulación de ácidos biliares (componentes de la bilis) en la sangre de la madre, lo que produce síntomas tales como comezón fuerte en la piel.

¿Cuáles son los síntomas de la ICP?
Los síntomas de la ICP pueden ser de leves a graves. Por lo general, comienzan en el segundo o tercer trimestre del embarazo y entre los más comunes se encuentran los siguientes:

  • Comezón en la piel. Con frecuencia se presenta con más gravedad en las palmas de las manos y en las plantas de los pies aunque muchas mujeres afectadas sienten comezón en todo el cuerpo. Puede llegar a ser tan grave que interfiere con el sueño y las actividades diarias.
  • Ictericia. Esta coloración amarillenta de la piel y la parte blanca de los ojos se presenta en entre el 10 y el 20 por ciento de las mujeres con ICP.1 Es causada por la acumulación de una sustancia química llamada bilirrubina en la sangre, como resultado del trastorno hepático y la reducción en el flujo biliar.

En caso de presentar estos síntomas, se recomienda a la mujer embarazada ponerse en contacto con su médico.

¿Con qué frecuencia se produce la ICP?
La ICP afecta a menos del uno por ciento de las mujeres en Estados Unidos.1

¿Cuáles son los riesgos de la ICP durante el embarazo?
La ICP puede ser muy molesta para la mujer embarazada e incluso puede afectar al bebé. Hasta un 60 por ciento de las mujeres que padecen ICP tienen partos prematuros (antes de las 37 semanas de gestación).2 Los bebés prematuros corren más riesgo de sufrir problemas de salud durante las primeras semanas de vida, de padecer incapacidades duraderas e incluso de morir. La ICP también aumenta el riesgo de nacimiento sin vida, aunque el riesgo es pequeño (uno al dos por ciento).1 Es importante diagnosticar y tratar la ICP para evitar estos problemas potenciales.

¿Cómo se diagnostica la ICP?
Existen varios trastornos de la piel durante el embarazo que producen comezón, pero la mayoría no es perjudicial para la madre o el bebé. Mediante análisis de sangre es posible determinar si la comezón de la mujer se debe a la ICP. Estos análisis suelen medir varias sustancias químicas que reflejan el funcionamiento del hígado y la cantidad de ácidos biliares en la sangre de la madre. 
 
¿Cómo se trata la ICP?
La ICP suele tratarse con un medicamento llamado ácido ursodesoxicólico (Actigall®), el cual alivia la comezón, ayuda a corregir las anomalías de la función hepática y, en algunos casos, contribuye a evitar el nacimiento sin vida. 

El profesional de la salud controlará regularmente al bebé (con ultrasonido y otras pruebas que miden el ritmo cardíaco) para observar si desarrolla dificultades, tales como anomalías en el ritmo cardíaco, a causa de la ICP. Si el bebé tiene dificultades, el médico puede recomendar adelantar el parto para reducir el riesgo de nacimiento sin vida. En algunos casos, el profesional de la salud también realiza una prueba llamada amniocentesis a las 36 semanas de gestación para observar el estado de maduración de los pulmones. Si los pulmones se han desarrollado lo suficiente para que el bebé pueda respirar sin ayuda, es posible que el profesional induzca el parto entre las 36 y 38 semanas de gestación para prevenir el nacimiento sin vida.1

¿Cuáles son las causas de la ICP?
No se conocen bien las causas de la ICP aunque aparentemente las hormonas del embarazo y la herencia son factores que intervienen en este trastorno. La ICP parece darse con más frecuencia en los embarazos de mellizos (o más bebés), posiblemente debido a los mayores niveles hormonales.1 Aproximadamente la mitad de las mujeres que padecen ICP tienen antecedentes familiares de trastornos hepáticos relacionados.3

¿La ICP desaparece después del parto?
Por lo general, los síntomas de la ICP desaparecen por sí solos unos dos días después del parto. Sin embargo, alrededor del 60 al 70 por ciento de las mujeres afectadas vuelve a desarrollar los síntomas en embarazos posteriores.1

Hepatitis
¿Qué es la hepatitis?
La hepatitis es una inflamación del hígado, generalmente ocasionada por un virus. Existen varios tipos de virus que pueden causar hepatitis pero los más comunes son los virus de la hepatitis A, B y C.

¿Cuáles son los síntomas de la hepatitis?
Los síntomas de la hepatitis pueden ser de leves a graves aunque algunas personas infectadas no presentan ningún síntoma. Entre los síntomas más comunes pueden mencionarse los siguientes:

  • Ictericia
  • Fatiga
  • Náusea y vómitos
  • Malestar en la zona abdominal superior
  • Fiebre baja

¿Qué es la hepatitis crónica?
Algunas personas que contraen hepatitis B o hepatitis C no eliminan el virus de su organismo y éste puede permanecer en su sistema de por vida. Las personas con una infección de hepatitis crónica tienen un riesgo mayor de tener enfermedad hepática grave o cáncer de hígado.

Cerca del 10 al 15 por ciento de las personas con hepatitis B, y al menos el 50 por ciento de aquellas con hepatitis C, desarrollan infecciones crónicas.4 Las personas con hepatitis A no desarrollan infecciones crónicas.

¿Cómo se trata la hepatitis?
No existen medicamentos para tratar las infecciones de hepatitis agudas (recientemente adquiridas). Hay medicamentos para tratar la hepatitis B y C crónica pero por lo general no se recomiendan durante el embarazo.5

Existen al menos seis medicamentos antivirales que pueden utilizarse para tratar la hepatitis B. No se posee mucha información acerca de la seguridad de estos medicamentos durante el embarazo y se sospecha que algunos aumentan el riesgo de defectos congénitos y aborto espontáneo. Antes de comenzar a tomar cualquiera de estos medicamentos, las mujeres deben informar a su médico si están planeando un embarazo. Las mujeres que quedan embarazadas mientras están tomando alguno de estos medicamentos deben consultar a su médico. Tampoco se recomienda el uso de estos medicamentos durante la lactancia.

La hepatitis C crónica puede tratarse con una combinación de dos medicamentos antivirales (ribavirina e interferón pegilado alfa-2a). Se cree que estos medicamentos contribuyen a defectos congénitos y aborto espontáneo. Las mujeres deben evitar el embarazo mientras los están tomando y durante seis meses después de terminado el tratamiento. Las mujeres deben notificar a su médico inmediatamente si quedan embarazadas mientras están tomando estos medicamentos. Tampoco deben ser usados durante la lactancia ni por la pareja de sexo masculino de la mujer embarazada. 

¿Cuáles son los riesgos de la hepatitis durante el embarazo?
Por lo general, la hepatitis A no representa un riesgo para el bebé cuando la madre la contrae durante el embarazo. Rara vez se transmite de la madre al bebé durante el parto.6

La hepatitis B es la que presenta el mayor riesgo durante el embarazo. Las mujeres que tienen el virus en el organismo (infección aguda o crónica) pueden transmitírselo al bebé durante el parto. En la mayoría de los casos, el riesgo es de aproximadamente 10 al 20 por ciento, aunque puede ser mayor si la mujer tiene altos niveles del virus en su organismo.4 Los bebés infectados al nacer suelen desarrollar infección por hepatitis B y corren un alto riesgo de desarrollar enfermedad hepática grave y cáncer de hígado de adultos.

La hepatitis C se transmite al bebé durante el parto en sólo el cuatro por ciento de los casos aproximadamente.5

¿Cómo puede evitarse el contagio de la hepatitis en los bebés?
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (Centers for Disease Control and Prevention, CDC) recomiendan someter a todas las mujeres embarazadas a un análisis de sangre para detectar la hepatitis B.5 Si se detecta que la mujer tiene hepatitis B aguda o crónica, es preciso vacunar al bebé contra la hepatitis B y suministrarle inmunoglobulina (que contiene anticuerpos que combaten la hepatitis) dentro de las 12 horas de nacido.  Dicho tratamiento previene la infección en más del 90 por ciento de los bebés en riesgo.5 Se le debe aplicar al bebé dos dosis adicionales de vacuna durante los primeros seis meses de vida. Los CDC también recomiendan vacunar a todos los bebés contra la hepatitis B antes de que abandonen el hospital, entre el primero y segundo mes de vida y nuevamente entre los seis y dieciocho meses de vida.5

En la actualidad no hay forma de prevenir que la madre transmita la hepatitis C al bebé.

¿Cómo se contrae el virus de la hepatitis?
La hepatitis A por lo general se contagia a través de alimentos y agua contaminados. La gente que viaja a países en vías de desarrollo tiene mayor riesgo de contraer esta enfermedad.

Las hepatitis B y C se contagian mediante el contacto con sangre o fluidos corporales de una persona infectada. Esto puede suceder al compartir agujas empleadas para inyectarse drogas o al mantener relaciones sexuales con una persona infectada (aunque se cree que la hepatitis C no se transmite con frecuencia a través del contacto sexual).

¿Cómo puede protegerse la mujer embarazada contra la hepatitis?
La mejor defensa contra las hepatitis A y B es la vacunación. Las mujeres que planeen viajar a un país en vías de desarrollo deben consultar al médico para determinar si les conviene vacunarse contra la hepatitis A. Aún no se ha determinado si la vacuna contra la hepatitis A supone riesgos para el embarazo, pero se cree que no.6

La vacuna contra la hepatitis B también se considera segura para el embarazo. Es conveniente que las mujeres que trabajan en el ámbito de la salud y la seguridad pública y otras mujeres en alto riesgo (como aquellas que viven con una pareja infectada) reciban la vacuna contra la hepatitis B antes o durante el embarazo.

No existe ninguna vacuna contra la hepatitis C.

Las mujeres también pueden protegerse contra las hepatitis B y C siguiendo prácticas sexuales no riesgosas y evitando el uso de drogas ilícitas inyectables y de elementos de higiene personal de otras personas que puedan tener sangre (hojas de afeitar y cepillos de dientes).

Síndrome HELLP
¿Qué es el síndrome HELLP?
El síndrome HELLP es una complicación peligrosa del embarazo caracterizada por anomalías en el hígado y en la sangre. HELLP es la sigla en inglés de hemólisis (descomposición de los glóbulos rojos), enzimas hepáticas elevadas y bajo recuento de plaquetas (fragmentos de glóbulos rojos necesarios para la coagulación sanguínea). Se trata de una variante de la preeclampsia grave, un trastorno del embarazo caracterizado por hipertensión arterial y proteína en la orina. El síndrome HELLP se produce en aproximadamente el 10 por ciento de los embarazos complicados por preeclampsia grave.7

¿Cuáles son los síntomas del síndrome HELLP?
Por lo general, los síntomas del síndrome HELLP se manifiestan en el tercer trimestre del embarazo aunque pueden comenzar antes. Los síntomas también pueden aparecer en las primeras 48 horas después del parto. Las mujeres embarazadas deben llamar a su médico si tienen los siguientes síntomas:

  • Dolor en el estómago o en la región superior derecha del abdomen
  • Náusea o vómitos
  • Malestar general
  • Dolores de cabeza

¿Con qué frecuencia se produce el síndrome HELLP?
El síndrome HELLP afecta a menos del uno por ciento de las mujeres embarazadas.8

¿Cuáles son los riesgos del síndrome HELLP?
El síndrome HELLP puede presentar riesgos graves para la madre y el bebé si no se lo trata rápidamente. En la madre puede causar daño y rotura del hígado (aunque esto último es muy poco frecuente), insuficiencia renal, problemas de sangrado, accidente cerebrovascular e incluso la muerte. Cuando se manifiestan complicaciones graves en la madre, es posible que la vida del bebé también corra peligro. El síndrome HELLP puede causar el desprendimiento de la placenta del útero antes del parto, lo cual pone en peligro la vida de la madre y el bebé, así como nacimiento prematuro.

¿Cómo se diagnostica el síndrome HELLP?
El síndrome HELLP se diagnostica mediante análisis de sangre que miden los niveles de plaquetas, glóbulos rojos y varias sustancias químicas para determinar si el hígado de la mujer está funcionamiento normalmente.

¿Cómo se trata el síndrome HELLP?
Se puede tratar a las mujeres con síndrome HELLP con medicamentos para controlar la presión arterial y evitar convulsiones y, en algunos casos, con transfusiones de plaquetas. Casi siempre se induce el parto lo antes posible en las mujeres que padecen síndrome HELLP para evitar complicaciones graves. Si la mujer tiene menos de 34 semanas de embarazo, es posible que el parto se postergue unas 48 horas para que se la pueda tratar con medicamentos llamados corticosteroides.9 Estos medicamentos aceleran la maduración de los pulmones del feto y contribuyen a prevenir las complicaciones de la premadurez. Algunos estudios sugieren que el tratamiento de la mujer embarazada hasta 48 horas con niveles más altos de corticosteroides que los utilizados para acelerar la maduración de los pulmones del feto puede mejorar los síntomas.10

¿Cuáles son las causas del síndrome HELLP?
Se desconocen las causas del síndrome HELLP.

¿El síndrome HELLP desaparece después del parto?
En la mayoría de los casos las anomalías de la sangre y el hígado desaparecen unos pocos días después del parto. Por lo general, las mujeres que han padecido el síndrome HELLP tienen menos del cinco por ciento de probabilidades de que les vuelva a suceder en otro embarazo.9 Aparentemente, también tienen un riesgo mayor de sufrir otras complicaciones durante el embarazo como preeclampsia, desprendimiento de la placenta y parto prematuro.9

Esteatosis hepática aguda del embarazo
¿Qué es la esteatosis hepática aguda del embarazo?
La esteatosis hepática aguda (hígado graso) es una complicación poco común del embarazo que puede ser mortal. Aproximadamente entre una de cada 10,000 y una de cada 15,000 mujeres embarazadas resulta afectada por este trastorno, que se caracteriza por la acumulación de grasas en las células del hígado.11

¿Cuáles son los síntomas de la esteatosis hepática aguda del embarazo?
Los síntomas de este trastorno por lo general comienzan en el tercer trimestre del embarazo y se asemejan a los del síndrome HELLP. Las mujeres embarazadas deben consultar a su médico si tienen los siguientes síntomas:

  • Náuseas y vómitos persistentes
  • Dolor en el estómago o en la región superior derecha del abdomen
  • Malestar general
  • Ictericia
  • Dolores de cabeza

¿Cuáles son los riesgos de la esteatosis hepática aguda del embarazo?
Si no se lo trata inmediatamente, este trastorno puede ocasionar coma, insuficiencia de los órganos y la muerte de la madre y el bebé.

¿Cómo se diagnostica la esteatosis hepática aguda del embarazo?
Se diagnostica mediante análisis de sangre que miden una serie de factores relacionados con las funciones del hígado y los riñones.

¿Cómo se trata la esteatosis hepática aguda del embarazo?
Es posible que se lleven a cabo transfusiones de sangre para estabilizar la salud de la madre. Se inducirá el parto lo antes posible para evitar que el bebé tenga complicaciones graves.

¿Cuáles son las causas de la esteatosis hepática aguda del embarazo?
No se conocen bien las causas de este trastorno. Es posible que la genética sea un factor importante. En un estudio reciente se descubrió que el 16 por ciento de las mujeres que padecía este trastorno tenía bebés con ciertos errores hereditarios en la composición química de su organismo (defectos de oxidación de los ácidos grasos).8 Estos trastornos impiden el procesamiento adecuado de ciertas grasas. Los bebés afectados pueden desarrollar problemas hepáticos, cardíacos y neuromusculares potencialmente mortales, a menos que se los alimente con una dieta especial con bajo contenido de grasas.

Los resultados del estudio sugieren que es conveniente someter a todos los bebés de mujeres con esteatosis hepática aguda del embarazo a análisis para detectar defectos de la oxidación de los ácidos grasos y poder brindarles un tratamiento inmediato. (Muchos bebés se someten de forma rutinaria a pruebas de detección precoz de estos trastornos como parte de un panel de pruebas para recién nacidos. No obstante, las pruebas incluidas en este panel varían en cada estado.) 

¿La esteatosis hepática aguda desaparece después del embarazo?
La mayoría de las mujeres comienza a mejorar a los pocos días del parto y no sufre daños permanentes como consecuencia de la enfermedad. Las mujeres portadoras de un gen de un defecto de oxidación de los ácidos grasos (incluidas las mujeres que han tenido un bebé afectado) tienen un riesgo mayor de que vuelva a producirse la enfermedad en otro embarazo; se desconoce el riesgo de recurrencia en otras mujeres.11

¿Apoya March of Dimes la investigación sobre las enfermedades hepáticas?
Sí. Varios becarios de March of Dimes están tratando de identificar los genes que pueden contribuir a la preeclampsia, una forma de hipertensión arterial que se da durante el embarazo y que está relacionada con el síndrome HELLP. El objetivo de esta investigación es mejorar el diagnóstico y tratamiento de estos trastornos. Otro becario recientemente incorporado está intentando desarrollar tratamientos para estimular la regeneración hepática en los niños con enfermedad hepática, incluidos los que padecen complicaciones resultantes de la hepatitis.

Referencias
1. Riely, C.A., Bacq, Y. Intrahepatic Cholestasis of Pregnancy. Clinics in Liver Disease, volumen 8, 2004, págs. 167-176.

2. Lammert, F., et al. Intrahepatic Cholestasis of Pregnancy: Molecular Pathogenesis, Diagnosis and Management. Journal of Hepatology, volumen 33, 2000, págs. 1012-1021.

3. Kroumpouzos, G. and Cohen, L.M. Specific Dermatoses of Pregnancy: An Evidence-Based Systematic Review. American Journal of Obstetrics and Gynecology, volumen 188, número 4, abril de 2003, págs. 1083-1092.

4. American College of Obstetricians and Gynecologists (ACOG). Viral Hepatitis in Pregnancy. ACOG Practice Bulletin, número 86, octubre de 2007.

5. Centers for Disease Control and Prevention (CDC). Viral Hepatitis. Consultado 29 de noviembre de 2007, www.cdc.gov/hepatitis.

6. Centers for Disease Control and Prevention (CDC). Planning for a Healthy Pregnancy and Traveling While Pregnant. Consultado 30 de noviembre de 2007, www.cdc.gov/travel/yellowbookCh9-PregnancyTraveling.aspx.

7. Moldenhauer, J.S., Sibai, B.M. Hypertensive Disorders of Pregnancy. En Scott, J.R., et al (editores): Danforth�s Obstetrics and Gynecology, novena edición, Philadelphia, Lippincott Williams & Wilkins, 2003, págs. 257-271.

8. Browning, M.F., et al. Fetal Fatty Acid Oxidation Defects and Maternal Liver Disease in Pregnancy. Obstetrics and Gynecology, volumen 107, 2006, págs. 115-120.

9. Barton, J.R., Sibai, B.M. Diagnosis and Management of Hemolysis, Elevated Liver Enzymes, and Low Platelets Syndrome. Clinics in Perinatology, volumen 31, 2004, págs. 807-833.

10. Martin, J.N., et al. Understanding and Managing HELLP Syndrome: The Integral Role of Aggressive Glucocorticoids for Mother and Child. American Journal of Obstetrics and Gynecology, volumen 195, 2006, págs. 914-934.

11. Sibai, B.M. Imitators of Severe Preeclampsia. Obstetrics and Gynecology, volumen 109, 2007, págs. 956-966.

Febrero de 2008


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