El Uso de la Cocaína Durante el Embarazo
Aproximadamente 45.000 mujeres en los EE.UU. consumieron cocaína durante su embarazo en 1992, según el National Institute on Drug Abuse. La cocaína es una droga peligrosa para el feto. Si bien las predicciones anteriores de que muchos de los bebés expuestos a la cocaína podían sufrir severas lesiones cerebrales no han resultado ciertas, estos bebés deben enfrentar muchos problemas de salud, desde los leves hasta los peligrosos para su vida. ¿Cómo afecta la cocaína a un bebé antes de nacer? Los estudios demuestran que las probabilidades de dar a luz a un bebé prematuro se duplican al menos cuando la madre utiliza cocaína durante el embarazo. Y como la cocaína interfiere con el flujo de oxígeno y nutrientes que recibe el feto, el bebé puede ser mucho más pequeño al nacer de lo que sería si la madre no consumiera la droga. Además, los bebés expuestos a la cocaína tienden a tener cabezas más pequeñas, lo que puede indicar que el cerebro también sea más pequeño. Estos problemas aparecen con más frecuencia en los bebés de mujeres que consumen cocaína durante todo el embarazo que en los bebés cuyas madres dejan de tomar la droga durante el primer trimestre. La cocaína también puede provocar que la placenta se separe de la pared del útero antes de comenzar el parto. Este fenómeno, llamado desprendimiento prematuro de la placenta, puede causar hemorragias prolongadas y ser fatal tanto para la madre como para el bebé. (Las mujeres que fuman durante el embarazo también tienen un riesgo mayor de desprendimiento prematuro de la placenta. Muchas mujeres que consumen cocaína también fuman cigarrillos, lo cual puede aumentar este riesgo.) El uso de cocaína también puede traer otras complicaciones durante el parto y el nacimiento. ¿Qué efecto tiene el uso de la cocaína durante el embarazo en los bebés recién nacidos? Algunos estudios sugieren que es más probable que los bebés expuestos a la cocaína tengan defectos de nacimiento. Los Centros de Prevención y Control de Enfermedades (CDC) han determinado que es cinco veces más probable que los bebés nacidos de madres que utilizan cocaína durante el comienzo del embarazo tengan malformaciones en las vías urinarias que aquellos nacidos de madres que no consumen dicha droga. Una serie de estudios ha demostrado que los bebés expuestos a la cocaína tienden a obtener resultados pobres en las pruebas que se les practica al nacer para estimar sus condiciones físicas y su sensibilidad general al medio. La motricidad, los reflejos, la atención y el control del estado de ánimo de estos bebés no es tan buena como en los que no han sido expuestos a la droga y es menos probable que respondan al estímulo de una cara o una voz humana. A veces los bebés expuestos a la cocaína antes de nacer experimentan dificultades al alimentarse y molestias al dormir. A partir del nacimiento, algunos bebés padecen de síntomas similares a los del síndrome de abstinencia. Muchos de estos bebés son muy inquietos e irritables, se sobresaltan y lloran aún cuando se les habla o acaricia con gran suavidad. En consecuencia, resultan muy difíciles de consolar y a menudo se les describe como retraídos o insensibles. Otros bebés que han sido expuestos a la cocaína �apagan� los estímulos que les rodean durmiendo profundamente durante la mayor parte del día. En ambos casos, la reacción del bebé a la cocaína, en combinación con la dependencia continua de la madre a la droga, dificulta el establecimiento del vínculo materno-infantil. Se cree que este vínculo es muy importante en el desarrollo emocional del bebé. ¿Qué otros problemas enfrentan los bebés cuyas madres utilizan cocaína durante el embarazo? Estudios recientes sugieren que estos niños pueden sufrir un retraso en sus habilidades motrices respecto de los niños no expuestos, al menos hasta los dos años. La mayoría de los afectados parece tener buenas habilidades motrices, como las utilizadas para escribir, dibujar o practicar deportes. La mayoría de los niños expuestos a cocaína antes del nacimiento tiene una inteligencia normal, lo cual es alentador, ya que antes se pensaba que muchos de ellos podían sufrir graves lesiones cerebrales. No obstante, algunos estudios de niños en edad escolar que han estado expuestos a cocaína sugieren efectos leves en su inteligencia y conducta. Por lo general, los niños que han sufrido exposición a cocaína obtienen 3 puntos menos en las pruebas de inteligencia que los no expuestos. Si bien los efectos en la inteligencia en general parecen reducidos, los efectos en capacidades específicas de lenguaje son mayores. Los maestros también informan más problemas de conducta en niños expuestos a cocaína que en los que nunca estuvieron expuestos. Como consecuencia de estos leves efectos en el aprendizaje y conducta, algunos niños expuestos requerirán una educación especial para poder alcanzar su máximo potencial. ¿Cómo puede una mujer proteger a su bebé de los daños de la cocaína? ¿Qué está haciendo March of Dimes para resolver los problemas del uso de la cocaína durante el embarazo? March of Dimes ha patrocinado conferencias sobre el consumo de cocaína durante el embarazo dirigidas a profesionales de la salud y a los medios para aumentar la consciencia sobre este problema, y pone en práctica programas educativos para informar al público sobre los peligros que representan la cocaína y otras drogas para el feto. Delaney-Black, V., et al. Prenatal cocaine exposure and child behavior. Pediatrics, volumen 102, número 4, octubre de 1998, págs. 945�950. Eyler, F.D., et al. Birth outcome from a prospective, matched study of crack/cocaine use: II. Interactive and dose effects on neurobehavioral assessment. 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