El asma es una enfermedad potencialmente seria de los pulmones que afecta a entre el cuatro y el ocho por ciento de las mujeres embarazadas.1,2 Es una de las enfermedades más comunes que pueden complicar el embarazo.
Por lo general, las mujeres embarazadas asmáticas no tienen un riesgo mayor de sufrir complicaciones durante el embarazo siempre y cuando tengan el asma bien controlada. Cuando no está bien controlada, el asma puede conllevar una serie de riesgos para la salud de la madre y la de su bebé. Las mujeres embarazadas asmáticas deben recibir atención médica regularmente para mantener su enfermedad bajo control y proteger su salud y la de su bebé.
¿Cuáles son los síntomas del asma?
Los síntomas del asma incluyen, entre otros:
- Respiración sibilante
- Tirantez en el pecho
- Tos persistente (especialmente durante la noche o en las primeras horas de la mañana)
- Falta de aire
Estos síntomas se producen cuando las vías aéreas se bloquean parcialmente debido a la inflamación de las paredes, a la acumulación de mucosidad y al espasmo de los músculos que rodean las vías aéreas. Con frecuencia, los síntomas del asma pueden prevenirse o controlarse con un tratamiento adecuado.
¿Cómo se diagnostica el asma?
El médico puede diagnosticar el asma a partir de los síntomas físicos y a través de una prueba llamada espirometría. Para realizar la prueba, la persona debe respirar profundamente y luego soplar dentro de un dispositivo llamado espirómetro. El espirómetro mide la cantidad más grande de aire que la persona puede exhalar después de una respiración profunda.
Algunas mujeres embarazadas que no tienen asma pueden experimentar falta de aire debido a cambios hormonales normales durante el embarazo y el crecimiento del útero que quita lugar a los pulmones. Una espirometría puede descartar la presencia de asma en estas mujeres.
¿Qué riesgos para el embarazo conlleva el asma cuando no está bien controlada?
El asma mal controlada puede privar al bebé de oxígeno y aumentar el riesgo de nacimiento prematuro (antes de cumplidas las 37 semanas de gestación), así como llevar al crecimiento insuficiente del feto y a su bajo peso al nacer (menos de cinco libras y media).1,2,3 Los bebés que nacen demasiado pequeños y muy antes de término tienen un riesgo mayor de tener problemas de salud, como dificultades para respirar, e incapacidades permanentes, como retraso mental y parálisis cerebral. Las mujeres con asma mal controlada también tienen más probabilidades de desarrollar preeclampsia, una forma de alta presión arterial relacionada con el embarazo que puede dar como resultado un crecimiento insuficiente del feto y otras complicaciones durante el embarazo.1,2,3
¿Cómo se trata el asma durante el embarazo?
El médico seguirá un plan de tratamiento individualizado que incluye ayudar a la mujer a identificar y evitar las sustancias que disparan sus síntomas. Lo más probable es que el médico le recete algún medicamento para ayudar a prevenir o controlar los síntomas.
¿Cuáles son algunos de los disparadores más comunes del asma?
Aproximadamente el 70 por ciento de las personas asmáticas tiene alergias.4 Los alérgenos comunes (sustancias que pueden causar síntomas de alergia), como el polen, el moho, la caspa de los animales, los ácaros y las cucarachas, pueden disparar síntomas de asma. Para reducir la exposición a estos alérgenos se recomienda:2,3,4,5
- Mantener cerradas las ventanas de su casa y su automóvil y usar aire acondicionado durante la temporada de alergias al aire libre.
- Evitar actividades al aire libre cuando el recuento de polen es elevado.
- Ducharse después de haber estado al aire libre para eliminar el polen del pelo y de la piel.
- Mantenerse alejado del césped recién cortado.
- Abstenerse de rastrillar las hojas.
- Usar una mascarilla al pasar la aspiradora (o usar aspiradoras con filtro).
- Mantener las mascotas fuera del dormitorio en todo momento.
- Cubrir las almohadas y los colchones con cubiertas plásticas para evitar los ácaros.
- Lavar la ropa de cama en agua caliente (130 °F) una vez a la semana para eliminar los ácaros.
- Usar pantallas en las ventanas en lugar de persianas y quitar las persianas y alfombras que juntan polvo.
- Mantener la humedad en la casa por debajo del 60 por ciento para controlar los ácaros.
Si estas medidas no proporcionan suficiente alivio, el médico puede recomendar un medicamento antialérgico. Si la mujer ya está recibiendo vacunas contra la alergia, puede continuar aplicándoselas sin riesgo durante el embarazo.1 No obstante, no debe comenzar a aplicarse vacunas contra las alergias por primera vez durante el embarazo debido a que existe un pequeño riesgo de que sufra una reacción alérgica llamada anafilaxis.1
Otros disparadores del asma incluyen el aire frío, los olores fuertes (como pintura o perfumes), las infecciones, el humo del cigarrillo que fuman los demás, el humo de estufas de leña o chimeneas, los altos niveles de contaminación aérea y la actividad física. Si la actividad física dispara síntomas asmáticos, la mujer debe consultar a su médico si debe usar su medicamento antes de hacer ejercicio. Las mujeres embarazadas que limitan su exposición a los alérgenos y a otros disparadores del asma pueden necesitar menos medicamentos para controlar sus síntomas.
¿Los medicamentos para el asma presentan riesgos para el embarazo?
La mayoría de los medicamentos para el asma son seguros durante el embarazo. La mujer embarazada no debe dejar de tomar nunca su medicamento para el asma sin la indicación de su médico ya que la persistencia o el agravamiento de los síntomas pueden significar un riesgo para ella y para su bebé.
Las pautas del Programa Nacional de Educación y Prevención del Asma (National Asthma Education and Prevention Program) sobre el asma y el embarazo recomiendan un abordaje gradual para llegar a controlar la enfermedad.6 Las pautas recomiendan ciertos medicamentos para las mujeres embarazadas y la adición de otros si los síntomas se vuelven más severos:
- Asma leve intermitente (síntomas dos días por semana o menos). Se recomienda usar un inhalador broncodilatador de rápida acción (�medicamento de rescate� que abre y relaja las vías aéreas) llamado albuterol (Ventolin®, Proventil® y otros) para aliviar los síntomas ocasionales.
- Asma leve persistente (síntomas entre dos y siete días por semana). Se recomienda un tratamiento diario con dosis bajas de un inhalador esteroide, como budesonido (Advair® y otros) para ayudar a prevenir los síntomas.
- Asma moderada persistente (síntomas diarios). Se recomienda el tratamiento diario con bajas dosis de un inhalador esteroide más un broncodilatador de acción prolongada como salmeterol, o un tratamiento diario con un inhalador esteroide de dosis mediana.
- Asma severa persistente (los síntomas ocurren durante todo el día). Tratamiento diario con dosis elevadas de un inhalador esteroide más salmeterol y, en algunos casos, tratamiento con esteroides orales (Prednisona y otros).
En la mayoría de los casos, los médicos tratan el asma con inhaladores ya que con este método es muy poco el medicamento que llega al feto. No obstante, si la mujer no logra controlar su asma con inhaladores, es posible que deba tomar un esteroide oral, como prednisona, hasta que los síntomas estén bajo control. Este medicamento puede conllevar un ligero riesgo mayor de nacimiento prematuro, por lo que sólo se recomienda cuando es necesario.2,6
¿El embarazo afecta los síntomas de asma?
La mayoría de las mujeres embarazadas asmáticas experimenta un cambio en la gravedad de sus síntomas incluso cuando toman su medicamento según lo indicado. Los estudios sugieren que los síntomas empeoran en aproximadamente un tercio de las mujeres embarazadas (especialmente a fines del segundo trimestre y comienzos del tercero), mejoran en un tercio y permanecen sin cambios en un tercio.1,3,4 Los médicos monitorean regularmente la función pulmonar de las mujeres embarazadas asmáticas usando una espirometría, de forma tal de poder realizar ajustes en su medicación para el asma en caso de ser necesario. Se aconseja a las mujeres comunicar a su médico cualquier mejora o empeoramiento de sus síntomas.
No se han determinado con exactitud las razones por las que los síntomas del asma pueden cambiar durante el embarazo. No obstante, un factor que podría contribuir al empeoramiento de los síntomas es el reflujo gastroesofágico (acidez). La mujer puede ayudar a mejorar los síntomas de acidez durmiendo con la cabeza elevada, comiendo porciones más pequeñas y con más frecuencia y absteniéndose de comer dentro de las dos horas de irse a dormir. El médico puede recomendar un antiácido que no supone riesgos. Las mujeres embarazas asmáticas también deben aplicarse la vacuna contra la gripe en octubre o noviembre, ya que la gripe puede disparar episodios asmáticos molestos. (Se recomienda a todas las mujeres embarazadas aplicarse esta vacuna durante la temporada de gripe.)
¿Las mujeres embarazadas asmáticas necesitan realizarse pruebas especiales aparte de la espirometría?
Las mujeres con asma leve bien controlada pueden no necesitar realizarse pruebas especiales (a menos que les sean indicadas por otras razones). No obstante, los médicos suelen recomendar ultrasonidos frecuentes a partir de las 32 semanas de embarazo a las mujeres con asma mal controlada o con asma de moderada a grave.1 Los ultrasonidos pueden mostrar si el bebé está creciendo a un ritmo normal. El médico también puede recomendar pruebas del ritmo cardíaco del feto (por ejemplo, la prueba sin estrés) para controlar el bienestar del feto. Si se obtienen resultados anormales en estas pruebas, el médico sabrá que la mujer requiere cuidados especiales.
¿El trabajo de parto y el parto propiamente dicho disparan síntomas de asma?
Sólo cerca del 10 por ciento de las mujeres embarazadas asmáticas desarrolla síntomas durante el trabajo de parto y el parto.5 Las mujeres asmáticas deben continuar tomando sus medicamentos durante el trabajo de parto y el parto.1 Si desarrollan síntomas de asma, éstos pueden controlarse con medicación.
¿Los medicamentos para el asma son seguros durante la lactancia?
Los medicamentos para el asma ingresan en la leche materna, pero en cantidades muy bajas que no representan un riesgo para el bebé. Ocasionalmente, el bebé puede volverse irritable o tener problemas para dormir si la madre toma dosis elevadas de ciertos medicamentos para el asma. Por lo general, estos efectos pueden prevenirse si la madre toma su medicación para el asma de tres a cuatro horas antes de amamantar a su bebé. El pediatra del bebé y el médico de la mujer pueden ayudarle a ajustar el régimen de medicación, si es necesario, para que tanto la madre como el bebé puedan obtener los beneficios para la salud que proporciona la lactancia.